jueves, 18 de febrero de 2016

El asesinato de Martin Luther King

El 3 de abril de 1968 Martin Luther King viajó a Memphis, capital de Teneessee, para apoyar a los trabajadores del servicio de limpieza de la ciudad que habían iniciado una huelga para protestar por la discriminación y las malas condiciones de trabajo que padecían por ser negros. Allí, pronunció un discurso sobre su obra y sobre su futuro que al día siguiente se manifestó revelador. 


En su discurso en Memphis, el mejor de su trayectoria junto con el que pronunció el 28 de agosto de 1963 en Washington bajo el título Tengo un sueño, Martin Luther King resumió su trayectoria y profetizó su futuro señalando que no sentía ningún miedo ante las amenazas que se cernían sobre él por su trayectoria como líder social y que se sentía afortunado porque había alcanzado la cima de la montaña, una bella metáfora con la que daba a entender que con el fin de la segregación racial en Estados Unidos había alcanzado su objetivo vital. hecho que le había abierto la puerta a la gloria de la tierra prometida. A lo largo de esos años Martin Luther King no sólo se había convertido en el líder de la minoría afroamericana estadounidense. Sus proyectos, sus metas iban más allá hacia convertirse en un líder nacional norteamericano por encima de razas, orígenes etnias etc... pero ese 3 de abril de 1968 él consideraba que ya había cumplido su tarea....

Durante la tarde del 4 de abril de 1968 King se hallaba asomado en el balcón del motel Lorraine de Memphis. De repente sonó un tiro y cayó desplomado. No había muerto, pero una hora después su vida expiró. Su profecía se había cumplido....


Tras haber alcanzado la tierra prometida del fin de la segregación habiéndose erigido como líder de la minoría afroamericana Martin Luther King abrazó otras causas abogando claramente por el fin de la controvertida guerra de Vietnam, circunstancia que irritó mucho a Lyndon B.Johnson dado el ascendente que tenía King sobre la opinión pública estadounidense. Pero su gran proyecto, la última iniciativa en la que estaba trabajando consistía en una gran marcha de personas pobres de variopintos orígenes que debía confluir en Washington e instalarse en el centro de la capital norteamericana en una formidable acción no violenta hasta que el gobierno se aviniera a ceder a sus pretensiones. King estaba erigiéndose en un auténtico líder nacional antisistema y las autoridades no estaban dispuestas a permitirlo, por lo que urgía acabar con él y así lo hicieron aquél fatídico 4 de abril de 1968. Esa misma noche, Robert F.Kennedy hermano del presidente que puso punto y final a la segregación racial fue quien mejor supo interpretar el dolor por la pérdida de King, asumiendo la bandera de la transformación social en unas elecciones primarias para la nominación como candidato presidencial por el Partido Demócrata que estaba preparado para ganar aplastantemente.



Inculparon por el asesinato a James Earl Ray, un supuesto supremacista blanco, y este se proclamó culpable para evitar ser condenado a muerte afrontando finalmente una pena de 99 años de cárcel. Al poco tiempo se retractó de su condena y la familia King aceptó su inocencia ahondando en la tesis conspirativa confirmada en un nuevo juicio que tuvo lugar en 1999 apuntándose la posibilidad de que el mismo jefe de policía de Memphis fue el asesino real de Martin Luther King.



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